Haciéndole tope – tope a la vida

Te dejo ir

Tu mirada seria, tus risas, un pacto.
Tus papeles desordenados y tu letra prolija.
Historias que quedaron adentro de un maletín cerrado.
Un reloj que nunca encontré y un par de fotografías.

Tus anteojos, tu pasaporte.
El olor de tu cuarto, tus bolsillos llenos.
Tu voz ronca diciendo mi nombre
y este suspiro ahogado en el pecho.

Hoy te dejo ir para que no seas más el reflejo
que creo descubrir en las ventanas de mi casa.
Te dejo ir, papá, para volver a vernos en los sueños.

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Una respuesta

  1. il pepito

    Que lindas palabras. Que recuerdos aquellos de aquel tío que esperábamos para que nos deleite con su comida, al que miraba desde lo abajo y apreciaba la mejestuosidad del reflejo fiel de un buen cocineros. Este es el retorno de il pepito. Abrazo grande.

    marzo 16, 2014 en 7:39 pm

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